Una partitura, todo empieza ahí. Me acuerdo del momento en
que fui con mis padres a comprar mi primera flauta dulce, tendría 8 años e iba
a aprender a tocar un instrumento. Lo ansiaba con muchísima ilusión. Había
visto a mi hermano, dos años mayor que yo, llegar a tocar la flauta hasta con
la nariz… Guau!! Yo también quería!! Lo que no sabía era que se acabaría
convirtiendo en una de mis peores pesadillas del cole. Me costó un poco
(bastante) aprender a tocar "los pollitos pío pío", y para cuando fui capaz (años
después), mis compañeros ya interpretaban a Beethoven… Qué puedo decir? Cada
cual tiene su ritmo de aprendizaje! Leer la partitura y poner los dedos en la posición correcta a la vez no fue lo mío, y el apoyo de mi madre tampoco me ayudó
mucho. Siempre decía que yo no tenía oído, como mi padre… En clase era capaz de ponerme a llorar delante de la partitura, vendarme una mano u
ocultarme detrás de la flauta cada vez que mi profe Lola me pedía que tocara…
Yo creo que ella sabía tanto como yo que eso no iba a ninguna parte, y cuando
llegaba a clase con alguna excusa simplemente pasaba a mi siguiente compañero.
Qué diferencia de entonces a ahora! Bueno, la verdad es que
sigo sin saber tocar ningún instrumento (a mi pesar), aunque no lo descarto
algún día (no la flauta dulce, desde luego), pero cuando se vive algo con tanta
pasión, además de vivirlo desde fuera hay que hacerlo desde dentro.
Y es que hoy por hoy no podría vivir sin música. Me adapto a
todo tipo de estilos, cada momento tiene el suyo. Siempre aspiro a seguir
aprendiendo, a descubrir algún grupo nuevo, una canción que se convierta en la
banda sonora de un instante especial. Repetirla 20 veces…
La verdad es que creo que
internet ha hecho mucho bien por la industria de la música, a pesar de
lo que digan las discográficas (Elo no me mates), podemos descubrir a muchísimos
músicos que de otra forma no tendrían una oportunidad, y en vez de gastar el
dinero en los cds ahora lo hacemos en el directo. Porque un cd se puede perder
o estropear, pero el recuerdo de lo vivido siempre permanece.
Ir a un concierto después de haber escuchado a un grupo
tropecientas mil veces y por fin estar delante de ellos. O que te inviten a ver
a un grupo que no tenías entre tus fetiches y que resulte ser la bomba!! Que cuando
estés pasando por la entrada del recinto, se te olvide cualquier preocupación,
enfado o cansancio y que tu estado de ánimo pase a la euforia. Saltar y cantar
a grito pelado. Vibrar. Cerrar los ojos y transportarte. Distinguir un único
instrumento por encima de los demás, mirar embobada a su intérprete, y admirar su
habilidad. Mirar hacia atrás y ver a cientos de personas disfrutando como tú.
Que el artista guiri de turno diga el mítico “Hola Madrid” sin que él mismo sepa qué
está diciendo y aun así que el público se sienta especial. Aplaudir y vitorear
para que vuelvan a tocar otra!! Y que eso no falle nunca.
Así es la música. Se admiten recomendaciones :)