lunes, 8 de diciembre de 2014

Just listen

Una partitura, todo empieza ahí. Me acuerdo del momento en que fui con mis padres a comprar mi primera flauta dulce, tendría 8 años e iba a aprender a tocar un instrumento. Lo ansiaba con muchísima ilusión. Había visto a mi hermano, dos años mayor que yo, llegar a tocar la flauta hasta con la nariz… Guau!! Yo también quería!! Lo que no sabía era que se acabaría convirtiendo en una de mis peores pesadillas del cole. Me costó un poco (bastante) aprender a tocar "los pollitos pío pío", y para cuando fui capaz (años después), mis compañeros ya interpretaban a Beethoven… Qué puedo decir? Cada cual tiene su ritmo de aprendizaje! Leer la partitura y poner los dedos en la posición correcta a la vez no fue lo mío, y el apoyo de mi madre tampoco me ayudó mucho. Siempre decía que yo no tenía oído, como mi padre… En clase era capaz de ponerme a llorar delante de la partitura, vendarme una mano u ocultarme detrás de la flauta cada vez que mi profe Lola me pedía que tocara… Yo creo que ella sabía tanto como yo que eso no iba a ninguna parte, y cuando llegaba a clase con alguna excusa simplemente pasaba a mi siguiente compañero.

Qué diferencia de entonces a ahora! Bueno, la verdad es que sigo sin saber tocar ningún instrumento (a mi pesar), aunque no lo descarto algún día (no la flauta dulce, desde luego), pero cuando se vive algo con tanta pasión, además de vivirlo desde fuera hay que hacerlo desde dentro.

Y es que hoy por hoy no podría vivir sin música. Me adapto a todo tipo de estilos, cada momento tiene el suyo. Siempre aspiro a seguir aprendiendo, a descubrir algún grupo nuevo, una canción que se convierta en la banda sonora de un instante especial. Repetirla 20 veces…

La verdad es que creo que  internet ha hecho mucho bien por la industria de la música, a pesar de lo que digan las discográficas (Elo no me mates), podemos descubrir a muchísimos músicos que de otra forma no tendrían una oportunidad, y en vez de gastar el dinero en los cds ahora lo hacemos en el directo. Porque un cd se puede perder o estropear, pero el recuerdo de lo vivido siempre permanece.


Ir a un concierto después de haber escuchado a un grupo tropecientas mil veces y por fin estar delante de ellos. O que te inviten a ver a un grupo que no tenías entre tus fetiches y que resulte ser la bomba!! Que cuando estés pasando por la entrada del recinto, se te olvide cualquier preocupación, enfado o cansancio y que tu estado de ánimo pase a la euforia. Saltar y cantar a grito pelado. Vibrar. Cerrar los ojos y transportarte. Distinguir un único instrumento por encima de los demás, mirar embobada a su intérprete, y admirar su habilidad. Mirar hacia atrás y ver a cientos de personas disfrutando como tú. Que el artista guiri de turno diga el mítico “Hola Madrid” sin que él mismo sepa qué está diciendo y aun así que el público se sienta especial. Aplaudir y vitorear para que vuelvan a tocar otra!! Y que eso no falle nunca.

Así es la música. Se admiten recomendaciones :)

domingo, 23 de noviembre de 2014

El poder del abrazo

Un abrazo es cálido, suave y reconfortante. Según la intensidad con que lo des, puedes hasta sentir los latidos de la otra persona en tu propio pecho. Poco a poco la respiración de los dos se va sincronizando, al compás de 2/4: 1, 2, 1, 2...

El abrazo es compartido, es recíproco, tranquilizador y sincero. Eres totalmente consciente de lo que te ofrece la otra persona cuando te abraza. Mientras más tiempo pases en esa postura, siempre y cuando la complicidad con la otra persona lo permita (con poca confianza un abrazo de más de 5 segundos puede terminar siendo cuanto menos incómodo) más vas advirtiendo otras sensaciones a tu alrededor, el olor de la otra persona, la temperatura corporal, el tacto de su piel. Cerrar los ojos y dejarse llevar en las sensaciones de paz que suscita el abrazo, acompañarlo de una caricia, que se te pongan los vellos de punta. Ronronear.


Dicen los expertos, que el abrazo sube la autoestima, baja la presión arterial, propicia la segregación de oxitocina y reduce la segregación de cortisol, una hormona que se produce en el organismo ante situaciones estresantes. No sé qué más argumentos darte para que empieces a practicarlo, en cualquier momento del día, en cualquier parte. 

Apto para todos los públicos.



sábado, 18 de octubre de 2014

Cuenta cuentos

De la unión de Rogelio Carbones, un minero del cielo y la estrella Renata, nació Alicia. 


Alicia era diferente a las demás estrellas. Siendo muy pequeña aún, su madre la llevó al reparador de luceros, y éste, no sin pesar, le dijo a Renata que su hija sufría una muy grave enfermedad, cuya cura aún no se había descubierto: había nacido con el corazón y el cerebro fuera de su cuerpo, y eso le hacía estar loca de atar.

A pesar de este mal, Alicia logró acabar sus estudios y aprendió a vivir sin la protección de sus padres. 

Rogelio Carbones, se pasaba todo el día transportando oxígeno desde la fuente donde brotaba, hasta los distintos planetas recientemente habitados. Él mismo participó siglos atrás, en el descubrimiento de tan maravillosa fuente, y aún a diario le felicitaban por tal hazaña cuantos se cruzaban en su camino. 

Renata en cambio, debía permanecer siempre en el mismo lugar, siempre brillante, para que los cosmonautas no perdieran su rumbo. Era una labor importantísima, pues así dirigía el tráfico espacial.

Cuando cumplió la mayoría de edad, los 180 años, Alicia se despidió de sus padres y se fue a vivir al planeta del sol, donde le habían dicho que podría encontrar su cura.

El mal de Alicia le hacía estar todo el día corriendo. Corría Alicia detrás de su corazón, para que no se le escapara, mientras que su mente corría detrás de ella. ¡Peculiar trío formaban! Todo el día corriendo de aquí para allá, Alicia aprovechó para hacer de ello su profesión. Regaba la semilla de los niños sin alma y estos volvían a brotar.

Iba corriendo detrás de su corazón, por los lugares que éste le indicaba, a través de los amarillos pastos de tan peculiar planeta, y a su paso dejaba un río arcoíris que servía a su cerebro para deslizarse hasta ella. 

Evidentemente, en el planeta Sol siempre era de día, así pues, cuando Alicia quería descansar, se hinchaba como un globo y flotando llegaba hasta el espacio. Permanecía allí unas horas, serena, impasible, sin correr, sin perseguir a su corazón, sin ser perseguida por su cerebro. Mientras tanto, cientos de kilómetros más abajo, se producía un hecho que Alicia desconocía: su mente y su corazón se encontraban y yacían juntos y enamorados.

Cuando Alicia había descansado, se deshinchaba y volvía lentamente al planeta. Esto daba tiempo a la pareja para despedirse y retomar la marcha, hasta la próxima vez que Alicia se volviera a suspender. 


martes, 15 de abril de 2014

Happily ever after‏

Fueron felices y comieron perdices...

Lo sé, lo sé, normalmente ese es el final de los cuentos, pero para mí es el principio de la historia.

Y es que los cuentos que nos contaron de pequeños, siempre acababan cuando el príncipe y la princesa por fin mataban a la bruja o al dragón y sonaban campanas de boda… pero nadie nos contó nunca qué pasaba después. Quién recogía los platos? Hacían el amor todas las noches?

Hace un par de meses se casaron dos amigos y tuvieron una boda maravillosa, de esas de reír y llorar de la emoción, el triunfo del amor sobre todos los problemas, y me dio que pensar, han hecho ya lo más difícil?
Sin duda creo que no.

Lo bonito, maravilloso y mágico es el comienzo, cuando aparecen por primera vez las mariposas en el estómago, cuando estás descubriendo a la otra persona, el primer beso, la primera noche juntos, la primera vez… Es todo excitante y nuevo! Es posible que en ese proceso haya alguna complicación, de hecho sería raro que no las hubiera, ya sea por mantener una relación a distancia, un comienzo en el que una de las dos personas se entrega más que la otra (el típico “no me llama”), dudas, diferentes formas de ser… Y a menudo creemos que superadas estas adversidades se superado la parte más difícil, pero yo creo que una vez llegados a ese punto, el trabajo no ha hecho más que empezar.

Hasta hace unos años, pensaba y defendía que el amor era algo puramente químico y temporal. Químico porque la sensación de bienestar que sentimos cuando estamos cerca de la persona amada, nos la produce la dopamina, una neurohormona liberada por el hipotálamo que es la sustancia encargada de los sentimientos de satisfacción y placer, la misma que generamos cuando comemos chocolate. Y temporal, porque el cuerpo al cabo de 3 o 4 años, se acaba acostumbrando a ese estímulo y ya no nos genera el mismo placer, así que al final lo que quedaría es la amistad que se forjó al principio… Una vez le conté esta teoría a mi madre y casi me mata…

Hoy pienso de otra forma, sí creo en el amor, pero hay que intentar que la pasión no se vaya.

Está claro que no es lo mismo dormir con una persona X veces al mes que hacerlo todos los días, deja de ser tan “especial”. Pero también con el tiempo conoces más a tu pareja, tienes más capacidad para ponerte en su lugar y haces las cosas que sabes que le gustan, para seguir agradando. Creo que es muy importante querer que te quieran, eso significa que te importa. Hay que seguir trabajando duro para sorprender a la otra persona, echar leña al fuego para que la llama no se apague, no dejar de arreglarte para él/ella, ponerte la colonia que le gusta, estar en forma, vestirte sexy … ;) no mates a las mariposas!!

Y si todo sale bien, la historia acabará con un: Fueron felices y murieron con los cabellos grises...

martes, 22 de octubre de 2013

Smile!! :)


Me encanta correr por las mañanas y cruzarme a la gente recién duchada, limpita y olorosa, que se va a trabajar o a clase. Me gusta la sonrisa de un niño, porque no esconde nada. Me gusta el sistema de suspensión de los autobuses urbanos, que suben y bajan al llegar a la parada.

Me vuelve loca el hoyito de tu cara.

Me alegra hablar con mis amigos durante horas sin decir nada importante y después arreglar el mundo en un segundo.
Me lo paso pipa cantando a grito pelado en el coche sin que nadie pueda oírme, aunque se me intuya, y ver la cara de los que me intuyen por el espejo retrovisor...

Disfruta de las pequeñas cosas. Como dicen Delafe y las Flores Azules: " sonríe, venga que nadie mira"


Chave